Hacia un Estado de bienestar para México

Antonio Ponciano Díaz

Todo Estado-nación tiene como aspiración política y social construir un Estado de bienestar para toda su gente. En el caso mexicano, desafortunadamente, desde que terminó la Revolución Mexicana, se abrieron expectativas de mejores condiciones de vida para los mexicanos. Han pasado más de 100 años de aquel hecho histórico o 75 años desde que se acuño el concepto de “Estado de bienestar” en 1946, como consecuencia de los efectos terribles que propicio la Segunda Guerra Mundial.

La realidad nos ha mostrado que el tal Estado de bienestar existe solo para una parte de los mexicanos, baste recordar que el 53 % por ciento de la población continúa viviendo en pobreza y la desigualdad bajo la pandemia va en aumento.

Pero qué debemos entender por Estado de bienestar. A propósito de la pregunta, investigadores del Colegio de México han lanzado a la opinión publica una propuesta para que los mexicanos concitemos acciones para lograr el Estado de bienestar que deseamos. Este grupo de investigadores coordinados por Melina Altamirano y Raymundo Campos han propuesto como definición la siguiente: “El Estado de bienestar es el conjunto de instituciones que protege a las personas de los riesgos sociales en distintas etapas de la vida y promueve el desarrollo humano”. La propuesta esta contenida en el documento denominado Hacia un Estado de bienestar para México, muy recomendable su lectura.

La propuesta es muy oportuna ya que la pandemia del Covid-19 nos vino a demostrar lo frágil que somos y lo fracturado que se encuentran nuestras instituciones, sumado a ello, contamos con un régimen gubernamental cuya estrategia es polarizar y dividir a los ciudadanos en vez de unir esfuerzos para iniciar una gran cruzada y conquistar el Estado de bienestar que nos merecemos todos los mexicanos.

Los retos y desafíos son titánicos y habrá que empezar con las seis propuestas que han trazado los investigadores del Colegio de México: infraestructura e insumos educativos; infraestructura e insumos hospitalarios; consolidar un sistema universal de seguridad social; crear un seguro de desempleo; instrumentar un sistema nacional de centros de atención infantil y la creación de un sistema de transferencias monetarias universales para personas en edad vulnerable. Son tiempos de unidad y trabajo, no de dividir ni polarizar y mucho menos crear enconos.