Los caprichos cuestan dinero y cuestan muertes
Antonio Ponciano Díaz
Los accidentes ocurren todo el tiempo y en la mayoría de las veces son producto del azar, pero los que más duelen son aquellos propiciados por la indolencia, la negligencia y corrupción, ahora sabemos, también, que los más indignantes son aquellos productos del capricho de los poderosos que sabiendo que sus decisiones no cuentan con ningún sustento se imponen porque por encima de todo está su interés personal o su fama pública.
La Auditoria Superior de la Federación acaba de confirmar que la cancelación del Aeropuerto de Texcoco tendrá un costo de 331 mil millones de pesos ¿y eso qué hay austeridad? El pueblo tendrá que pagarlo. Ese es el costo de un capricho personal y ¿a quién le importa tirar ese dinero a la basura?
La tragedia de la Línea 12 del Metro ha traído por lo menos 25 muertes y más de 65 heridos, así como, miles de usuarios que ahora tardaran de dos a tres horas para llegar a su trabajo. No se conoce con certeza cuales fueron las causas, pero lo cierto es que, desde su inauguración presentó serias fallas. De su costo original de 12 mil millones de pesos termino en cerca de 26 mil millones, sin ninguna explicación convincente de su incremento. Ahora se sabe que los trabajos de la Línea Dorada se tuvieron que acelerar por el capricho e interés político de quien ahora despacha en la Secretaria de Relaciones Exteriores. En esta ocasión el costo ha sido terrible en vidas humanas y no se diga en dinero.
La tragedia de los mexicanos es que no importa si gobiernan los del PRI, los del PAN o Morena o cualquier otro partido que llegue al poder. Todos ellos, pareciera que están cortados con la misma tijera, es decir, la tijera de la Kakistocracia. Michelangelo Bovero acuño el termino para designar el gobierno de los peores, de los mediocres, de los incapaces, de los innobles, de los viles y hoy en día de los corruptos.
Agregaría al concepto de Bovero la idea de capricho. Nuestra clase política se mueve por caprichos o ideas locuaces, el capricho es una idea repentina que no es analizada bajo el tamiz de la razón, que el político, en este caso, la sostiene sin importar sus consecuencias ni escuchar argumentos en contrario.
Las tragedias con pérdidas de vidas humanas y económicas, lamentablemente continuarán.