Las desigualdades persisten y frenan la justicia social global, advierte la Organización Internacional del Trabajo

Redacción Voz Universitaria
23 de septiembre de 2025
OIT.- A pesar de los avances alcanzados en las últimas tres décadas en educación, productividad y reducción de la pobreza, las desigualdades estructurales, la pérdida de confianza en las instituciones y la lentitud del progreso en áreas clave siguen impidiendo un avance real hacia la justicia social en el mundo, según un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El documento, titulado “La situación de la justicia social: Progresos en curso”, fue publicado antes de la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, que se celebrará en noviembre en Doha, y coincide con el 30 aniversario de la Cumbre de Copenhague de 1995.
De acuerdo con la OIT (2025), el mundo actual es más rico, más sano y más educado que hace tres décadas, pero “los beneficios no se han distribuido de manera equitativa” y la reducción de las desigualdades “se ha detenido”.
Entre los avances logrados desde 1995 destacan la reducción a la mitad del trabajo infantil (del 20 % al 10 %), la caída de la pobreza extrema (del 39 % al 10 %), el aumento de la finalización de la educación primaria en diez puntos porcentuales y el acceso de más de la mitad de la población mundial a algún tipo de protección social.
No obstante, el informe revela que:
- El 71 % de los ingresos sigue determinado por las condiciones de nacimiento (país o sexo).
- La informalidad laboral apenas se redujo dos puntos en dos décadas y afecta aún al 58 % de los trabajadores.
- La brecha de participación laboral entre hombres y mujeres se mantiene en 24 %, solo tres puntos menos que en 2005.
- Al ritmo actual, cerrar la brecha salarial de género tardará un siglo.
La OIT advierte también sobre un deterioro global de la confianza en las instituciones desde 1982, fenómeno que refleja una “frustración creciente por la falta de reconocimiento justo del esfuerzo”. Este debilitamiento del contrato social, señala el organismo, “puede poner en riesgo la legitimidad de los sistemas democráticos y de la cooperación internacional” (OIT, 2025).
“El mundo ha progresado de manera innegable, pero no podemos ignorar que millones de personas siguen excluidas de la oportunidad y de la dignidad en el trabajo. La justicia social no es solo un imperativo moral: es esencial para la seguridad económica, la cohesión social y la paz”, afirmó Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT (2025).
El informe subraya que los cambios ambientales, digitales y demográficos están transformando con rapidez los mercados laborales y podrían profundizar las desigualdades si no se acompañan de políticas deliberadas. Para evitarlo, recomienda invertir en capacidades humanas, fortalecer los sistemas de protección social, promover salarios justos y desarrollar políticas activas de empleo orientadas a la inclusión.
Asimismo, llama a situar la justicia social “en el centro de todas las políticas —desde la financiera y la industrial hasta la sanitaria y la climática—” y a reforzar la cooperación entre gobiernos, instituciones internacionales y actores sociales.
Estas conclusiones servirán de base para los debates de la próxima Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y respaldarán el trabajo de la Coalición Mundial por la Justicia Social, una iniciativa coordinada por la OIT que busca acelerar la cooperación hacia sociedades más equitativas y sostenibles.
Fuente:
Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2025, 23 de septiembre). Las desigualdades persistentes frenan el avance mundial en justicia social, advierte la OIT. Recuperado de https://www.ilo.org