¿La política un mal necesario?

Antonio Ponciano Díaz

Aristóteles no se equivocó al decir que el hombre es un Zoon politikón, es decir es un animal político o animal cívico que posee la capacidad de relacionarse políticamente, es decir, crear sociedades y organizar la vida en ciudades (polis).

En la actualidad todo lo que suceda en la sociedad nos debe de interesar porque en mayor o menor grado nos afecta o nos beneficia, especialmente, las decisiones que toman los gobernantes.

Pero, por qué los ciudadanos no creemos o desconfiamos de los políticos.

La mayoría de los ciudadanos percibimos que los gobernantes y políticos son mentirosos y corruptos. Que buscan el poder para beneficiarse de él o favorecer a sus cuates o cercanos y hacerse putrimillonarios.

Una posible explicación la podríamos encontrar en el pensamiento de Max Weber, este pensador alemán, entendía que el Estado es una entidad que tiene el monopolio del uso del poder legítimo coercitivo en un territorio determinado y entendía que el principio de la política era una verdadera vocación. La política entonces era la búsqueda del poder sobre el Estado.

La cuestión es que los políticos que llegan al poder se sienten dueños del Estado y bajo una legitimidad mal entendida y alejados de toda vocación de servicio hacia la sociedad, cometen un sinfín de trapacerías que tarde o temprano el pueblo las tendrá que pagar con sus impuestos o con sus carencias.

El francés André Malraux señalo con toda verdad que “cada pueblo o nación tiene el gobierno que se merece”. Desafortunadamente, un pueblo sin educación ni formación cívica estará condenado al atraso y a sufrir y padecer los excesos de su clase gobernante y política.

Me parece que la política no es o no debe ser un mal necesario. La política es una ciencia y como tal los mejores son los que nos deberían estar gobernando y no los peores, ese es el dilema de nuestra sociedad. Facebook:

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