La pobreza en Morelos: herencia de los gobernantes

Antonio Ponciano Díaz
Recientemente el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) dio a conocer el Informe de Pobreza y Evaluación 2020. Los datos que ahí se muestran son previo a la pandemia del Covid-19- y resultan muy preocupantes ni que decir los que arrojarán para el 2021, ya bajo un entorno de los efectos que habrá provocado la pandemia, con seguridad serán espeluznantes.
Los datos, en mayor o menor grado, reflejan el grado de abandono que los políticos y gobernantes han sometido a la los morelenses a una pobreza lacerante.
Es frecuente que los políticos en periodos de campaña recurran a los pobres por el único interés de obtener su voto, prometiéndoles el oro y el moro, pero ya en el poder, invariablemente, olvidarlos. Esa es nuestra triste realidad.
Según el reporte de CONEVAL de 1.9 millones de habitantes del estado de Morelos, un millón de ellos vive en situación de pobreza, es decir, el 50.8 %; 866 mil viven en situación de pobreza moderada y 147 mil en pobreza extrema.
Esos pobres reclaman una mejor calidad de vida, derecho a la salud, educación, vivienda, a una canasta básica de alimentos, pero, sobre todo, oportunidades y fuentes de trabajo y no programas asistenciales ni dadivas que los políticos y gobernantes son muy dados a dar. Los pobres son los condenados de esta tierra porque son los que menos educación tienen y viven en condiciones de atraso.
Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los indicadores del 2° trimestre –ya bajo el impacto de la pandemia-, relativo a la actividad económica la cual golpea, tremendamente, a nuestra economía en Morelos, ubicándolo entre los 5 estados del país más afectados, el impacto es brutal con un -23.7% de retroceso.
Un estado en pobreza y sin visión de futuro de sus dirigentes, está condenado al atraso y a la miseria económica, política, educativa y cultural.
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