¿Hacia dónde va el Municipio de Cuernavaca?

Antonio Ponciano Díaz

No ha transcurrido un mes de la toma de protesta del nuevo Presidente Municipal de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, ha generado buenas y malas expectativas. No hay duda, que Urióstegui Salgado es un político preparado, carismático y tesonero; experimentado abogado conocedor del derecho, eso parecieran buenas señales.

Pero hay que recordar que él no gobierna solo. Tuvo que ganar la presidencia con el respaldo de dos partidos políticos el PSD y el PAN. Los partidos políticos ya no representan a los ciudadanos, se han convertido en cotos o feudos de poder que operan como verdaderas franquicias de sus dirigentes o; en el peor de los casos, son acechados por los malosos. Por supuesto, le cobraran la factura al Presidente Municipal, esto ha sucedido desde hace 30 años.

Tampoco olvidemos que el Ayuntamiento es un órgano; disque, de representación popular encargado del gobierno y la administración del municipio. Está integrado por el presidente, un síndico y 11 regidores, los últimos de diferente signo político. Quienes a su vez exigirán canonjía, cargos para su gente o moches por cada acuerdo de cabildo.

Estos son algunos de los ingredientes, eso sin contar los compromisos de quienes financiaron su campaña política, con los que tendrá que gobernar y hacer la obra pública municipal que demandan los cuernavaquenses: agua potable y alcantarillado, alumbrado público, bacheo o pavimentación de calles, recolección de basura, seguridad pública etcétera, etcétera.

¿Qué se puede esperar del presidente municipal? Sí el municipio arrastra una tremenda deuda pública, un rezago en la obra y servicios municipales de por lo menos 20 años.

También no hay que olvidar, que Uriósteguí Salgado será un prospecto natural a la gubernatura del Estado de Morelos. Me parece, que si su equipo, bajo su conducción, tienen visión de futuro e imaginación política y hacen a un lado sus ambiciones de botín. Bajo un entorno federal de crisis económica y presupuestos austeros o comprometidos, no contará con los recursos suficientes para sacar a Cuernavaca del bache en que se encuentra, tendrá que recurrir a los colonos.

Sí sostienen un diálogo franco con los cuernavaquenses y busca su apoyo para hacer obras sencillas pero necesarias y una que otra obra de relumbrón. Estimo que pasará la prueba, pero la inercia del rezago en la obra pública municipal no lo dejará ser el mejor Presidente Municipal.