Morelos estancado en justicia
Antonio Ponciano Díaz
En días pasados World Justice Project dio a conocer el índice del Estado de Derecho en México 2020-2021. Es un estudio elaborado con todo rigor metodológico que mide 8 factores para determinar el avance de la justicia a partir del Estado de Derecho, el cual regula la convivencia de todos y brinda certidumbre a nuestro querido México.
De 139 países medidos, México se encuentra en el lugar 135 y el estado de Morelos en él, vergonzoso, lugar 30 de las 32 entidades federativas.
Los últimos tres estudios realizados al respecto indican que el estado de Morelos no ha reportado ningún avance en estos 8 factores, lo cual significa el estancamiento de nuestras instituciones, pero, sobre todo, que ni al gobernador, los presidentes municipales, ni los diputados locales, los tribunales de justicia ni a los colegios o barras de abogados, ni a los ciudadanos morelenses nos interesa el Estado de Derecho.
Sí hay violencia, sí hay pobreza, sí hay corrupción; sí hay impunidad, sí no hay justicia, sí no hay crecimiento económico, sí la educación es de baja calidad, sí los servicios públicos hospitalarios son deficientes, etcétera, en mayor o menor grado, se debe a que nuestro Estado de Derecho esta famélico en Morelos.
¿Cuáles son estos 8 factores de medición? Son: límites al poder gubernamental; ausencia de corrupción; gobierno abierto; derechos fundamentales; orden y seguridad; cumplimiento regulatorio; justicia civil y justicia penal.
Qué posición tiene el estado de Morelos en cada uno de estos factores respecto a las otras entidades federativas: límites al poder gubernamental lugar 20/32; ausencia de corrupción 26/32; gobierno abierto 17/32; derechos fundamentales 20/32; orden y seguridad 29/32; cumplimiento regulatorio 26/32; justicia civil 20/32 y justicia penal 25/32. Es decir, estamos jodidos.
Ante esta cruda realidad vale la pena preguntarse ¿qué Estado de Derecho queremos para Morelos? ¿nos vamos a quedar cruzados de brazos sin hacer nada? ¿sentar a nuestros gobernantes en el banquillo de los acusados? ¿los ciudadanos que estamos haciendo? ¿qué clase de estado le vamos heredar a nuestros hijos? Es hora de decir ¡Ya basta!