La iniciativa de Reforma Electoral una encrucijada
Antonio Ponciano Díaz
Estimados lectores, vale la pena recordar que en nuestro querido México no es la primera ni será la última reforma electoral que el poder proponga para consolidar nuestra vida democrática.
La iniciativa de reforma electoral que propone el ejecutivo federal pretende ser de gran calado y un hito en la historia de nuestro país. Como toda reforma puede significar un gran avance o un gran retroceso para el marco normativo electoral y de nuestra vida democrática. Se juega nuestro futuro.
Qué propone esta reforma electoral, lo resumiré en los aspectos más relevantes: 1)- Desaparecer el INE y crear otro instituto 2)- Eliminar los organismos electorales y los tribunales electorales locales 3)- Modificar el número de representantes plurinominales (diputados federales y senadores).
4)- Elección de consejeros y magistrados electorales 5)- Reducir el financiamiento de los partidos políticos en los tiempos ordinarios, es decir, que en ese periodo lo financien los militantes y; 6) Establecer el voto electrónico. Más allá de lo bueno o lo malo de la iniciativa, me parece, que se está dejando de lado el tema central de toda reforma electoral, el cual tiene que ver con la Democracia. Vale cuestionarse con un par de preguntas ¿nuestras instituciones son auténticamente democráticas? Y ¿los gobernantes, políticos y ciudadanos somos demócratas? Cada quién tendrá su propia respuesta, por lo pronto, me parece, que la democracia está en crisis.
Identifico 6 factores que constantemente están amenazando a nuestra democracia y no permiten que gocemos de ella, estos factores son: Los partidos políticos, son entidades de interés público, pero no son democráticas; la ignorancia y la pobreza de los ciudadanos los hace vulnerables y a merced de los poderoso, pero no son demócratas aún; los gobernantes en el poder, invariablemente, son excelentes narradores de los principios y postulados de la democracia, pero no son, auténticos, demócratas; la infocracia, es un nuevo actor que opera tras bambalinas a través de los gigantes de las tecnologías, que inciden y manipulan las preferencias electorales, moviendo las emociones y sentimientos de los ciudadanos que cuentan con celulares inteligentes y mueven su comportamiento y; la delincuencia organizada que financia a los candidatos para constituir lo que se conoce como: narco gobiernos, los cuales no son demócratas.
Y el entorno de polarización que vivimos los mexicanos, me parece, que no es el mejor clima social para crear las condiciones propicias para una reforma electoral. En breve sabremos cuál será el futuro de nuestro sistema político y de nuestra democracia, que aún no está consolidada.