Después del voto ¿Qué hace el ciudadano?

Antonio Ponciano Díaz

Después de la jornada electoral, los partidos políticos, los ganadores y perdedores, pero, sobre todo, los gobernantes debieran estar tratando de descifrar el mensaje que los ciudadanos, con ejemplar participaron cívica, mandataron.

Pero desgraciadamente no es así, tiene razón Rene Delgado al decir que: “el voto por, contra, blanco, nulo, cruzado, diferenciado o útil, la clase política está haciendo el voto inútil”. Esa clase política le interesa todo, todo, todo, menos el bienestar social, el crecimiento y desarrollo del país. Lamentablemente ha comenzado la rebatinga por la sucesión presidencial y están empecinados en frenar al que avanza y el que avanza entretenido en defenderse, de tal suerte que todo se paraliza y se nulifica toda posibilidad de desarrollo.

Mientras tanto los simples ciudadanos quedamos atrapados en nuestra soledad, encono, frustración o desesperanza y sin querer ni desearlo nos arrinconan como simples espectadores.

Ha llegado la hora de que los ciudadanos cambiemos de actitud. Tenemos que ser más exigentes con nuestros gobernantes y hacerlos que cumplan con sus compromisos de campaña. Que den resultados con transparencia de su gestión y de su obra pública.

Tenemos que obligar a los actores políticos a que se sienten a dialogar, apoyar o enriquecer las decisiones de quienes gobiernan, que entre los que disientes lleguen a acuerdos para avanzar. A final de cuentas la política es diálogo y creación de amplios consensos para tomar acuerdos y las grandes decisiones que necesita el país, de lo contrario nuestro desarrollo será muy lento.

Cada día se ensanchan y se hacen más complejos los problemas sociales y la gran mayoría son de urgente atención y de una necesidad estructural, por ejemplo: la pandemia del Covid-19 vino a evidenciar la fragilidad del sistema de salud; el rezago educativo, el creciente desempleo, el ensanchamiento de la desigualdad y lo que más lastima a la sociedad, el aumento de la delincuencia e impunidad con la que se reproduce por todo el país. La nación requiere finanzas e inversiones sanas para poder crecer; simplemente, que todos cumplan con la ley.

Los gobernantes, políticos, empresarios, banqueros, industriales, intelectuales, periodistas, universitarios, etcétera, todos tenemos que poner nuestro granito de arena y comprender el mensaje que los ciudadanos queremos dar con nuestro voto, para no hacerlo inútil.